En el mundo actual, parece estar muy cotizado aquel directivo o ejecutivo que sepa «trabajar bajo presión» o que sea capaz de «aguantar niveles altos de estrés». Entonces, un líder de equipo que gestionara su estrés o lo manejara de manera adecuada y supiera encauzar el de sus colaboradores, se lo rifarían.
Las consecuencias del estrés, desgraciadamente, las conocemos todos. Afectan a nuestra salud física, mental, social, familiar y personal. A medida que la responsabilidad de un líder aumenta dentro de la empresa, el estrés se incrementa directamente con ella. Y, qué duda cabe, pensar en una frase tan popular como: «aguanta, aguanta, aguanta, que tener trabajo hoy en España es un lujo», también hace crecer la presión.
La época que estamos viviendo de reajustes en las empresas, recortes de personal, sobrecarga de trabajo, cambios organizacionales, etc., hace que los directivos de muchas empresas experimenten emociones de apatía, pérdida del sentido del humor, irritación, malhumor, nerviosismo, náuseas, migrañas, hipertensión, ansiedad, depresión, bloqueo, entre otras. Y con ello, sus colaboradores.
En resumen, el único baremo que sirve actualmente a la empresa es la cuenta de resultados. No quiero decir que no sea importante, al contrario, pero en tiempos de inestabilidad económica, esto lleva a muchos líderes y a su equipo a la infelicidad. Están tan pendientes de cumplir las expectativas de sus empresas que lo único que importa es el resultado alcanzado y no el proceso. Es decir, se olvidan de disfrutar el camino y apenas tienen tiempo de alegrarse por conseguir la meta o analizar cómo han llegado, porque enseguida hay cosas urgentes a las que dar respuesta y, además, se espera dar el mismo o mejor servicio con menos recursos.
Por consiguiente, en el equipo y en el líder aparece lo que se podría llamar malestar emocional provocado por la multitarea y la dispersión mental. Y como reflejo de ello, uno de los gestos más comunes que todos estamos acostumbrados a ver: «salir a correr con los oídos cerrados al mundo por unos auriculares» para intentar «desconectar». ¿Realmente funciona?, ¿lo has probado?, ¿cuánto tiempo ha pasado hasta que te has dado cuenta de que estabas por enésima vez en el día pensando en tus preocupaciones?
Seguro que alguna vez volviendo del trabajo te has dado cuenta de que una tienda ha cerrado o han abierto alguna nueva o no te habías dado cuenta de que un edificio tenía una determinada forma… ¿Cuántas cosas te estás perdiendo, tanto personalmente como en el trabajo, de las que te gustaría ser consciente?
De acuerdo con Isabel Larraburu, el ser humano ha perseguido la felicidad de muchas maneras, algunas de ellas en el exterior de sí mismo y que terminaron siendo trampas fugaces. Y es que la felicidad no es placer, en eso nos hemos equivocado y lo seguimos haciendo.
La meditación («mindfulness» en inglés) traspasa como herramienta cognitiva. Ya forma parte del arsenal de algunas tendencias psicológicas. Su objetivo es entrenar la mente para optimizar la facultad de atención consciente y reducir la reactividad en los procesos mentales que producen malestar emocional y conductas que causan sufrimiento.
En la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachussets se encuentra el mayor y más antiguo centro del mundo dedicado a la reducción del estrés, el University of Massachussetts Stress Reduction Clinic. Fundado en 1979 por el doctor Jon Kabat-Zinn, su reclamo ofrece «una invitación para lograr mayor equilibrio, control y participación en la vida…». El programa está basado en la meditación Vipassana como método terapéutico, algo que nunca antes se había aplicado en ningún centro médico en los Estados Unidos. La técnica utilizada es la llamada Reducción del Estrés basada en la Atención Plena (Mindfulness-Based Stress Reduction o MBSR).
La práctica de la meditación consiste en prestar atención a toda actividad, sensación física, percepción y pensamiento, alertando y agudizando todos los sentidos para captar cada momento en su total intensidad. El resultado es una intensificación de la experiencia del presente y un ajuste de los sentidos, lo que como consecuencia final proporciona quietud mental y el disfrute de un estado general de plenitud y serenidad.
Algunos pensarán que la atención plena se opone a la celeridad de nuestras vidas y a la eficacia multitarea con la que algunos líderes y su equipo están obligados a vivir. Pero, por el contrario, solo una mente adiestrada para la adaptación ágil y sostenida a todos los cambios que se producen sin cesar en el entorno empresarial actual, podrá sustraernos de la frustración y, ese tan temido y odiado, estrés laboral u organizacional. La perspectiva meditativa de lo cotidiano implica estar muy presentes y atentos a cada instante, sin recurrir al autoengaño ni a las distracciones.
Artículos como lo expuestos a continuación ponen de manifiesto el interés de muchas compañías de primer nivel en introducir Mindfulness como una de las claves para la mejora de bienestar en las empresas y la reducción del estrés. Son conscientes de la existencia de una mejora directa del desarrollo de las habilidades de personas que tienen una alta responsabilidad en las empresas, los líderes y la gestión de personal. Además, sus efectos son mucho más que mejorar la productividad: lo que se consigue es desarrollar líderes felices que trabajen con un equipo feliz.
• «Mindfulness Helps You Become a Better Leader» (La meditación le ayuda a ser un mejor líder), escrito por Bill George (profesor de prácticas de gestión en la Harvard Business School y expresidente y director ejecutivo de Medtronic) y publicado el pasado octubre de 2012 en la revista Harvard Business Review
• «Talent Management: It´s all in your mind» (Gestión del talento: todo está en tu mente) publicado en la revista Forbes en abril de 2013 escrito por Sylvia Vorhauser-Smith.
• «Tapping into the power of mindfulness» (Aprovechando el poder de la concentración) publicado en febrero de 2013 en el periódico Los Angeles Times y escrito por Robin Rauzin.
• «Mindfulness at Work: Eastern Wisdom for Western Business» (La atención plena en el trabajo: la sabiduría oriental para negocios) escrito por B.J. Gallagher y publicado en marzo de 2013 en el Huffington Post.
• «Mindfulness, meditation, wellness and their connection to corporate America’s bottom line» (Atención plena, meditación, bienestar y su conexión con la línea de base de la América corporativa) escrito por Arianna Huffington y publicado en marzo de 2013 en el Huffington Post.
Entre las empresas que han impulsado y ya tienen en marcha programas basados en «Mindfulness» están Google, Apple, Nike, Procter and Gamble, AOL, General Mills Incl. (Gigante de la alimentación estadounidense), Transport for London, Toyota o Starbucks. Sus líderes con visión de futuro en las organizaciones están usando esta herramienta para ayudar a satisfacer las demandas del lugar de trabajo del siglo XXI. La atención plena (mindfulness) puede ayudar a manejar sus propias mentes; que puedan mejorar la atención y concentración, lo que mejora el rendimiento y la productividad.
Pero sin duda, algo está cambiando en las organizaciones a partir de la puesta en marcha de «Mindfulness at work 1st Annual conference» («Mindfulness» en el trabajo. 1ª Conferencia Anual) celebrada el 10 de febrero de 2012 en Robinson College, Cambridge (United Kingdom), en la que se mostraron los resultados de las primeras investigaciones relacionadas con los efectos de la práctica del «mindfulness» en el lugar de trabajo. En concreto se habló de los enfoques basados en el cerebro para mejorar la resistencia y la productividad de lo empleados.
También, este mismo año se celebró en el Robinson College otro seminario, esta vez «Mindfulness and Resilience at work» («Mindfulness» y resistencia en el trabajo) presentado por Juliet Adams en abril de 2013.
El «mindfulness» es una habilidad que cualquiera puede aprender y aplicar. Entre sus beneficios están la reducción del estrés y la ansiedad, el aumento de la comunicación en el entorno laboral y la reducción de conflictos. Características todas que se exigen a un líder de equipo.
Sin embargo, en España se habla de «mindfulness» en la práctica clínica. Son los psicólogos, psiquiatras y en general los expertos del campo de la salud, los que lo llevan a la práctica, con cada uno de esos directivos que llegan a sus consultas manifestando los síntomas descritos anteriormente. ¿Por qué esperar a introducir esta técnica en el campo de las organizaciones en España cuando ya sea vox pópuli y sea más una obligación para competir a nivel global?; ¿si ya se han demostrado los efectos positivos en el lugar de trabajo, a qué esperar?; ¿por qué no comenzar a practicar con el líder de equipo de la empresa? Parece que conceptos como paz, tranquilidad, estar en el «aquí y ahora» y atención plena no encajan con el término «trabajo», pero no hay que olvidar que ya existen investigaciones que ponen de manifiesto la gran conexión que existe y que, en realidad, «sí se puede».
A continuación, se muestran unos enlaces que pueden servir de ayuda, la mayoría en inglés:
• 8 minutos de profunda meditación para incrementar la función cerebral y eliminar el estrés: http://www.project-meditation.org/index-8min.html?gclid=CJ7Jk4HrtroCFdPItAodQWIABA
• Intervención de Jonh Kabat-Zin en la compañía Google: http://www.youtube.com/watch?v=3nwwKbM_vJc
• Seguir en Twitter a Elisha Goldstein ayuda porque proporciona consejos, recordatorios y puntos de vista sobre el «Mindfulness»: Elisha Goldstein@Mindful_Living
• Audios de mindfulness en la página web de Vicente Simon: http://www.mindfulnessvicentesimon.com/audios
Candi Sanmiguel
Equipo Humano
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