Hija… ¿cómo que talentóloga?
Pues la realidad es que está bastante lejos de lo que habría dicho yo de pequeña, porque jamás se nos educó lo suficiente en negocios.
Y porque, ¡hasta hace un mes esta profesión no existía!
Pero si volviese a nacer, sin duda sería mi vocación. Siempre he pensado que las empresas son como un motor, con sus engranajes, sus poleas y todo este conjunto de mecanismos hace que funcione.
Si las empresas progresan, lo hace con ello la sociedad, haciendo del mundo un lugar más amable y cada vez luchamos más por la sostenibilidad y el cuidado de nuestro planeta Tierra.
Lo que no os he dicho es que en la metáfora de mi cabeza, estos engranajes y poleas son las personas.
Las que son capaces de idear nuevas soluciones, tomar decisiones con el foco puesto en el progreso, y por último, pero no menos importante, ejecutar las acciones pertinentes para poder lograr los objetivos que nos lleven al éxito.
Está claro que cada vez nos vemos más apoyados de la tecnología y softwares inteligentes pero…
¿Quién está detrás de ellos?, ¿quién hace uso de nuestros productos y servicios? Bingo, las personas.
Es por esto que si lo que mueve a las empresas en las que trabajamos hacia el éxito son las personas, ¿cómo no vamos a cuidarlas?.
¿Cómo no va a preocuparse una talentóloga por la gestión adecuada del talento?
Gestión del talento para algunas personas puede sonar muy rimbombante y lo escuchamos por todas partes pero, ¿has visto la pirámide poblacional en España?
Si cada vez hay menos personas jóvenes, y menos personas con estudios superiores, ¿quién se va a encargar de nuestras empresas?
Actualmente se hace fundamental el cuidado de la gestión de las personas debido a la guerra por el talento que ya es el presente.
Tener planes de sucesión y de carrera claros, no solo para las personas que se jubilan, sino para aquellas personas que abandonan puestos clave en nuestra organización para irse a otra posición que le ofrece este mercado tan voraz y competitivo.
Necesitamos talento de primera calidad, cuidarlos desde el pre-boarding hasta su salida mediante planes de employer branding bien definidos.
Sin olvidar el efecto en los equipos ya existentes y el efecto que causan en ellos las entradas y salidas constantes.
Objetivos claros, retadores y participativos para motivar a las personas que se involucran cada día en subir de nivel en nuestra empresa acompañados de Planes de Compensación y Beneficios Atractivos.
Por supuesto que hay que hacer muchas cosas, estarás pensando, «Laura yo no tengo tiempo de nada pero claro que me gustaría tener la empresa perfecta«.
Si no sabes por dónde empezar, no dudes en contactar con una talentóloga o talentólogo de Equipo Humano.
¿Sabías que hay muchísimas soluciones que suponen una mejora enorme invirtiendo muy pocos recursos?
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Laura González, consultora de Equipo Humano.