¿Se te ocurre alguna situación mejor que una formación outdoor training donde la frase la unión hace la fuerza sea más real?
Si hay algo en lo que todos coincidimos es que el Covid nos está cambiado.
¿Están los humanos preparados para el cambio?
El ser humano ha tenido que enfrentar situaciones críticas a lo largo de la historia, demostrando en cada ocasión una sorprendente capacidad para sobreponerse a las vicisitudes de la vida y salir, pese a lo esperable, reforzado.
Una cualidad innata para adaptarse a los cambios.
Pero, pareciera que en las últimas décadas, antes del Covid, hubiéramos estado viviendo aletargados, ajenos a la realidad que nos rodea.
Nuestras apacibles y cómodas vidas nos han convertido en seres adormecidos acostumbrados al confort y adictos a la gratificación inmediata.
Nadie imaginó que esto sucediera, que el caos fuera a irrumpir en la familiaridad de lo conocido pero, lo ha hecho, recordándonos que seguimos siendo mortales y que las adversidades y el sufrimiento forman parte de la existencia humana, haciéndonos despertar de golpe del peligroso y dulce sueño en el que estábamos plácidamente dormidos.
En este sentido, tal vez hayamos necesitado de este desafortunado acontecimiento, que a día de hoy sigue atormentando y causando estragos, para percatarnos de la necesidad de cambiar hacia un dirección diametralmente opuesta.
Con ello nos referimos a desempolvar antiguos valores que habíamos dejado abandonados e incluso olvidados bajo la idea equivocada y preconcebida de que ya no eran necesarios y estaban desfasados para los tiempos tan modernos que vivimos.
Resulta paradójico que un hecho tan indeseable como el actual pueda servir para que hagamos memoria y se convierta en una oportunidad para el cambio.
El egoísmo siempre ha existido pero se consideraba pecado o un defecto. Hoy en día se ha convertido en un valor en alza y eso es destructivo.
¿Cómo debemos actuar para seguir adelante?
La realidad que vivimos actualmente y que, a su vez, estamos construyendo todos juntos solo será salvable si nos impregnamos de la esencia de aquellos valores ancestrales que en su momento fundaron las sociedades modernas.
El progreso y la sostenibilidad de nuestra sociedad deben fundamentarse en la colaboración y la cooperación, en la ayuda mutua y compartida. Solo de este modo podremos salir adelante.
El coronavirus ha cambiado costumbres y hábitos:
- Los besos en la mejilla se esquivan.
- El apretón de manos se ha sustituido por un choque de codos.
- Mantenemos una distancia de seguridad prudencial incluso con nuestro más allegados.
- El uso de mascarillas.
- La incorporación del teletrabajo.
Y una lista interminable de nuevas conductas que hemos acabado por introducir en nuestro repertorio diario y normalizando muy a nuestro pesar.
¿Estamos más alejados unos de otros?
Todo ello ha hecho que nos alejemos físicamente unos de otros y en esta despedida forzada, en esta separación sin consentimiento hemos tomado conciencia de lo mucho que nos necesitamos.
Del enorme valor que tienen las relaciones humanas y del potencial creador que supone la interacción con nuestros congéneres.
Poniendo de manifiesto la necesidad de abrazar conjuntamente una visión colectiva alejada del más que demostrable inútil e inservible paradigma individualista.
Esto significa, la noción de que hay experiencias que solo pueden ser vividas uniéndonos y conectando con otros, reconociendo que para alcanzar ciertos objetivos no podemos hacerlo solos sino colaborando con los demás.
Más allá de los principios filosóficos y psicológicos que constituyen lo hasta aquí argumentado existe un mundo real en el que nos desenvolvemos todos y en él, destacan en este momento el papel decisivo de las empresas.
Aparentemente hay un conflicto entre la economía y la salud. Puede que sea ficticio puesto que la una sin la otra no pueden subsistir.
En este sentido, conviene esperar comportamientos que además de ser productivos beneficien al estado de bienestar.
La unión hace la fuerza: Formación outdoor training.
En nuestra opinión Vijusa lo ejemplifica bastante bien.
Una empresa dedica a la fabricación de productos de limpieza con más de 40 años a sus espaldas que ha sabido adaptarse con rapidez y agilidad a las necesidades y cambios que ha provocado la pandemia.
- Dando soluciones de higiene y desinfección contra el Covid-19.
- Asesorando a distribuidores y clientes con diferentes protocolos de limpieza conforme a las medidas exigidas por las autoridades sanitarias.
- Impulsada por el afán de continuar creciendo como empresa pero con la solida convicción de hacerlo de acuerdo a unas máximas éticas/morales que garanticen el mayor número de beneficios para todos y minimicen los prejuicios que podrían ocasionar conductas deshonestas y desleales.
Vijusa ofrece un servicio de ayuda en lo que mejor sabe hacer pero por otro lado necesita ser ayudada también.
Y de esta manera consciente de la situación actual y de que todo cambio implica una reestructuración interna y un proceso de adaptación decidió contratar los servicios de Equipo Humano.
Para poder asumir con la mejor preparación posible el nuevo rumbo que ha emprendido, identificando carencias presentes o pasadas que podrían obstaculizar los objetivos venideros y, fortalezas silenciadas que potenciadas podrían dar grandes resultados.
Por su parte, los humanos de Equipo humano alineados con la visión que Vijusa defiende siempre, se han preocupado por ofrecer servicios de calidad a aquellas empresas que comprenden que el bienestar de los empleados/as y los valores de la empresa son un asunto de primera importancia.
Así fue como el fin de semana del 11 de enero se organizó en el Club de tenis Bergamonte una actividad con los trabajadores/as de Vijusa.
¿Qué conseguimos en la formación outdoor training?
La finalidad de este taller era asentar conocimientos prácticos y teóricos sobre aspectos relacionados con el trabajo en equipo, la comunicación, la confianza, el liderazgo y la empatía entre otras muchas cosas.
De este modo, con la ayuda de un campo de tenis, unas raquetas, unas pelotas reglamentarias y unos conos se iniciaron una serie de juegos y dinámicas diseñados y ajustados a las necesidades particulares de Vijusa.
Elegir como actividad el tenis no fue por azar. Se hizo a propósito para poder trabajar en un contexto desconocido y poco familiar para la mayoría de los trabajadores/as, haciendo un paralelismo con muchos de los eventos inesperados e insospechados que acontecen y acontecerán en el entorno empresarial.
Recrear una situación artificial en un ambiente controlado para poder extrapolar y extraer lo aprendido al mundo real.
De esta manera el equipo se fue adaptando a los imprevistos que fueron surgiendo, desarrollando a medida que estos iban apareciendo, con las directrices oportunas, las habilidades y actitudes necesarias para poder afrontarlos colectivamente.
Tuvieron que encontrar como equipo propuestas y acercamientos distintos a los habituales y hacerlo juntos. Esto resultó en un aprendizaje fundamental y determinante.
Los juegos que pasarán a ser detallados a continuación, solo podían ser resueltos satisfactoriamente de manera colectiva por lo que tuvieron que organizarse y funcionar como una unidad.
Aprovechando las destrezas de cada individuo, aprendiendo a compensar las debilidades o flaquezas que pudieran existir, así como a lidiar con las discrepancias y los conflictos que pudieran manifestarse al trabajar en equipo.
Dinámicas esenciales – La unión hace la fuerza: Formación outdoor training.
El primero de estos juegos, quizás el más sencillo de todos, se realizaba en pareja y consistía en pasarse la pelota de tenis por encima de la red buscando llegar a un número de pases prefijado.
En el segundo de ellos la dinámica era la misma pero había que jugar con la mano no dominante.
Y, en el tercer y último juego participaban todos juntos.
En este caso se posicionaron a cada lado de la red el mismo número de personas; la finalidad de este ejercicio era pasarse la pelota empezando por uno de los extremos del campo, llevándola serpenteando con sucesivos pases por cada uno de los trabajadores hasta el extremo opuesto para volver a empezar.
Una vez alcanzado este primer nivel se incluía otra pelota y, consecutivamente se iban añadiendo más pelotas para aumentar la complejidad de la tarea que demandaba cada vez un mayor grado de implicación y de coordinación por parte del equipo.
En un principio surgieron complicaciones hasta que las pelotas empezaron a moverse de manera sincronizada pasando por cada uno de los trabajadores/as que las recibían y devolvían como si de malabaristas del circo del sol se tratasen.
Lo habían conseguido. Se sintieron contentos y satisfechos de lo que habían logrado.
El grupo consiguió dominar el ejercicio y demostrar que no habrían podido hacerlo solos, fue necesaria la colaboración de todos y cada uno de ellos.
Reflexión y aplicación al día a día – La unión hace la fuerza: Formación outdoor training.
Entre cada actividad se les instaba a reflexionar sobre lo sucedido. A partir de preguntas clave aterrizaban lo ocurrido, pudiendo servir de guía ante situaciones de naturaleza similar para estimular su autopercepción y poder posteriormente actuar en consecuencia.
Siempre acercando lo máximo posible estas preguntas a la realidad de los eventos cotidianos y habituales de su trabajo.
¿Cómo se habían sentido? ¿qué aprendizajes sacaban? ¿qué errores reconocían en sus actuaciones? ¿de qué se sentían orgulloso y contentos? ¿de qué manera podían mejorar? …
En este intermedio se introdujeron y trabajaron a su vez conceptos psicológicos como la inteligencia emocional, capacidad que, como bien sabemos, permite identificar, comprender y gestionar las emociones propias y ajenas, mejorando la salud psicológica de las personas y facilitando las relaciones con los demás, así como la consecución de los objetivos y metas sin riesgos de abandonarlos por crisis momentáneas.
También se incidió en la comunicación asertiva, habilidad social que permite expresar ideas, emociones, deseos, sentimientos o derechos de forma congruente, clara y equilibrada, honesta y respetuosa, con una actitud empática hacia el interlocutor sin la intención de herirlo o perjudicar, creando un ambiente positivo y sin conflictos.
Así como en el autoconocimiento y el desarrollo personal a partir de la ventana de Johari, herramienta desarrollada por Joseph Luft y Harrington Ingham en 1955 que permite a las personas comprenderse mejor a sí mismas y mejorar su relación con los demás.
Como resultado del feedback que se dan los participantes la información se transfiere al cuadrante de tal forma que a medida que avanza el ejercicio la relación entre ellos va mejorando, fomentando la confianza y a la apertura entre los miembros del equipo.
A la medida de tus necesidades – La unión hace la fuerza: Formación outdoor training.
Dicho todo lo anterior, lo que muestra este tipo de intervenciones es que la confluencia entre las empresas y las consultorías creativas es posible y eficiente.
Coincidiendo entre los valores y principios de unos y otros.
En definitiva la consabida frase de la unión hace la fuerza no es ni simple ni retórica, es real y fundamental para asumir los retos que nos depara el futuro.
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David Quintanila, Consultor de Equipo Humano.