El intraemprendedor ya no tiene por qué estar solo o sentirse solo. Cada vez son más las empresas inteligentes que se percatan del potencial innovador que subyace en la mente de algunos de sus trabajadores más peculiares.
El intraemprendedor es una persona creativa, curiosa, diferente, entusiasta, con visión global, inspiradora y que emanan cambio en sus dichos y hechos.
Se sienten implicadas por naturaleza, motivadas desde el minuto cero, apasionados y con ganas de aportar y contribuir…
Hasta que la empresa en la que trabajan acaba con todo ello y entonces se enfrentan a una trifurcación profesional: buscar la empresa 2.0 donde poder desarrollarse, emprender en solitario o dejarse marchitar.
Decidan lo que decidan, esta situación supone un auténtico drama para la empresa donde trabajan, aunque ellas no sean muy conscientes.
Les pierden a ellos y a su talento, junto a grandes posibilidades de innovación que se quedan por el camino y jamás verán la luz…en ellas.
Afortunadamente algo está cambiando en el corazón de las empresas.
Por convicción, por “lección aprendida” o por imitación, las empresas 2.0 ó aquellas donde reina una auténtica cultura innovadora son unas pocas en la actualidad, pero son la visión o lo que otras muchas “quieren ser de mayor”.
Nadie dijo que ser intraemprendedor fuera tarea fácil o que se pueda conseguir de un día para otro.
Las auténticas empresas 2.0 son el caldo de cultivo para el futuro exitoso, donde las ideas de las personas se transforman en negocios más competitivos.
Pero este paso de idea a negocio requiere de una apuesta real por construir auténticas comunidades de innovación que interactúen y actúen como si de una estructura de holocracia se tratara.
Como verdaderos círculos de gestión empresarial innovadora.
¿Y cómo pueden las empresas llevar a cabo este proceso de gestión del cambio tan brutal?
Pues definiendo un programa de intraemprendimiento pasito a pasito.
Contando con que ese “caldo de cultivo innovador” no va a ocurrir por generación espontánea, y que requerirá de una gran dosis de dedicación en forma de tiempo, gestión del conocimiento y formación en técnicas de innovación, autonomía real, soporte de tecnología, financiación, incentivos y mucha mucha comunicación
Mira a tu empresa.
Mira a las empresas 2.0 donde la innovación es una actitud común y las comunidades de ideación e implantación de nuevos proyectos son una realidad.
Busca en tu equipo al intraemprendedor. Ponte en su piel, en su mente y en sus zapatos; haz todo lo posible para que de su mano podáis pasar de lo que sois hoy a la organización 2.0, o mejor dicho, a la empresa 3.0 ó 4.0 que juntos vais a ser de mayores.
Y para aquellos a los que les gustan las cosas claras y una detrás de otra, los 5 pasos para llegar a ser una organización 2.0 y fomentar al intraemprendedor:
- Comprueba si los directivos o responsables máximos de la empresa están dispuestos a iniciar el programa de intraemprendimiento y que comparten la misma visión innovadora de empresa. Sin ellos no habrá éxito.
- Identifica a los intraemprendedores. Piensa qué personas son “especiales” y aportan hoy aspectos de futuro. ¿Ya han aparecido en tu mente? Si tu empresa es demasiado grande como para que conozcas a todas las personas que la componen, es el momento de utilizar matrices que relacionan el nivel competencial a fecha de hoy y potencial intraemprendedor.
- Empatiza con ellos (piensa como ellos, siente como ellos, ponte en su piel y en sus zapatos) y diseña las acciones necesarias para facilitarles la innovación: un espacio donde trabajar la innovación, tiempo material para ello, formación en técnicas de creatividad, en metodologías centradas en el usuario, prototipado, un sistema de incentivos (que no tiene por qué ser dinerario)…
- Constituye y dinamiza la o las comunidades de innovación que vayan a coexistir en la empresa. Dales recursos, plazos y objetivos que cumplir. Deja que fluyan basadas en modelos de holocracia. Y si necesitan un soporte tecnológico, busca el que más se adapta a sus necesidades.
- Comunica, comunica y comunica. Hacia el exterior de la empresa, entre los miembros de la comunidad, desde los grupos de innovación hacia los compañeros de la empresa. Y de persona a persona. Que a veces se nos olvida mirar a los ojos y hablar con las personas en las que depositamos el futuro de nuestra empresa.
Ana Ribera Seller / @anaribera / Consultora y formadora de estrategia e innovación