Nunca olvidaré cuando hice la entrevista para entrar a trabajar en Equipo Humano. Entré por la puerta con pocas esperanzas de que realmente me gustase. “¿Vas a una entrevista con una consultora? Ya verás, no vas a tener oportunidades apenas de llevar proyectos y te vas a encontrar totalmente limitada porque apenas tendrás oportunidades de aportar”, y eso a los millenials, como yo, es lo que más nos preocupa.
Los millenials somos críticos y exigentes, es nuestra naturaleza, no nos conformamos y buscamos constantemente crecer y desarrollarnos. No somos fieles más que a nosotros mismos y nuestras creencias, que defendemos por encima de todo. Pero tenemos algo muy bueno que aportar a la empresa: estamos especialmente capacitados y luchamos hasta el final por aquello que creemos que merece la pena.
Mi entrevista para entrar en Equipo Humano me rompió todos los esquemas con la frase de “no me cuentes lo que has hecho, dime lo que eres capaz de llegar a hacer”. Me di cuenta entonces de que la visión de la empresa estaba mucho más alineada con lo que yo quería ser, que las oportunidades que otras empresas grandes pudiesen brindarme. Tenía frente a mí la oportunidad de incorporarme a una gran empresa, que no es lo mismos que una empresa grande. Y eso sí que es lo que nos motiva a los millenials.
Los millenials trabajamos bajo pasión, no bajo presión como generaciones anteriores, y parece que esta idea no termina de calar en las empresas grandes, que dada su estructura rígida y poderosa se ven mucho más encorsetadas a la hora de aplicar en su día a día un cambio de tendencia. Resultado: los millenials huyen de multinacionales en las que pasan desapercibidos y en las que son un número más. A los millenials no nos interesa decir para quién hemos trabajado, sino lo que hemos sido capaces de lograr allí. Queremos mentores, no jefes, que nos ofrezcan flexibilidad, influencia y reconocimiento, y dónde podamos crecer rápidamente.
La propuesta de valor de la empresa debe cambiar, debe adaptarse a esta nueva generación. Se necesitan empresas dispuestas a luchar por entender y desarrollar talento, a apostar por las personas, y no sólo exigir a las personas que apuesten por las empresas.
¿Te has planteado alguna vez qué ofreces tú para fidelizar a un millenial? ¿Conoces tu propuesta de valor como empresa?
Natalia Juarranz, consultora de Equipo Humano.