Me levanto casi todos los días a la misma hora, puede variar en treinta minutos. Desayuno, leo la prensa y me dispongo a ir a mi trabajo. En ese momento es cuando el Big Data comienza a funcionar. Salta la alarma en mi móvil y me indica el tiempo que voy a tardar en llegar al despacho, pero, en realidad, ese día me voy a otro lugar. Otra vez le he vuelto a engañar. Datos, datos y más datos, eso es lo que las Big Data han fomentado desde hace unos pocos años atrás. Han mostrando predicciones increíbles que nos hacían adelantarnos a los acontecimientos de forma fiable. Podíamos saber cuánto iba a tardar un autobús en llegar a su parada; predecir las conductas de las personas que navegamos por internet; cuántos barcos de carga y descarga iban a llegar, un determinado día, en un concreto puerto; etc.
Pero entonces fue cuando pensamos en las pequeñas cosas, en los detalles, en la eficiencia concreta. En poner el foco en aspectos más determinados y comenzar a tener datos para tomar decisiones. Decisiones en nuestro pequeño mundo que hagan que nuestra realidad sea más predictible para poder obtener el mayor rendimiento. Y así es como nace el Smart Data. Su fin es aportar valor añadido a esa cantidad de datos y enfocarlos hacia la toma de decisiones.
Por lo tanto, podemos decir que el Big Data se centra en parámetros como el volumen de datos, velocidad de captación, variedad de fuentes y su fiabilidad. Pero el Smart Data analiza, de forma concreta, los datos para tomar decisiones y en función de ellos, decidir acciones que mejoren la eficiencia y eficacia de las decisiones.
Después de veinte años dedicados a la gestión de las personas, los Smart Data me facilitan la toma de decisiones en la gestión de las mismas y me dan el poder para optimizar las organizaciones en materia de RRHH. Este es el caso de Talent, el software de gestión del talento, basado en la nine box, que nos ayuda a poder tomar decisiones que nos garanticen el desarrollo óptimo de las personas de la organización y a retener el talento. Así, por fin, hemos podido optimizar los procesos de gestión, atracción y retención del talento para poder desarrollar programas a medida de las personas y retener el talento que necesitamos en nuestras organizaciones.
¡Gracias Smart Data!
José Enrique García vía El Mundo