Mi trabajo y yo nos conocimos hace ya cinco años, fue un flechazo a primera vista. Nos gustamos y enseguida empezamos a salir. No voy a negar que hayamos tenido nuestros altibajos, ni que esto siempre haya sucedido a comienzos de cada verano. Pero lo superamos siempre, nuestra relación lo puede todo. Solíamos hacer las paces durante el mes de agosto, y en septiembre comenzábamos de nuevo con respeto y renovada ilusión.
Pero este año es especial, no sé si el calor me afecta o es ver ya muy próximos los días de descanso en los que, en la playa o la montaña, disfrutaré de mi liberada mente de citas de agenda e informes por entregar.
¡Hagamos las paces desde ya! No puedo soportar una relación que se ha enturbiado, y no es culpa de ninguna de las partes. Simplemente… yo que sé, el día a día, supongo. Y me he propuesto establecer los límites para seguir disfrutando de una de mis relaciones preferidas.
- He decidido organizar mi día, conocer mis propias expectativas, saber que espero de cada día. Esto me aporta la tranquilidad y reduce mi incertidumbre.
- Organizo mis prioridades, antes de que tu relación descanse por vacaciones necesitas sacar adelante las prioridades.
- Sé consciente de las posibilidades de delegación en otras personas. Esta relación está influida por los demás, y ellos pueden aportar sosiego, calidad y tiempos de dedicación optimizados.
- Controlar los intrusos (algunos les llaman “ladrones de tiempo”) que vienen en forma de llamada de teléfono, y dedica solo el tiempo justo a solucionar los temas que vienen por las vías de comunicación habituales.
- Dedica tiempo para pensar, y deja de engañarte a ti mismo pensando que para terminar antes basta con actuar más rápido. El análisis y la reflexión te pueden llevar a tomar caminos más cortos y sostenibles.
- Toma los descansos que necesites y toma aire fresco. De esta forma retornarás a tu puesto con mayor disposición física y mental, y la búsqueda de soluciones fluirá con mayor probabilidad.
- Toma infusiones relajantes. El café ya no está tan de moda como antes, y además tiene una afectación directa sobre la supra activación del sistema nervioso central, generando estados de nerviosismo que afectan negativamente a tu relación.
- Respira serenamente por la nariz y expulsa el aire por la boca. Permite que pulmones y cerebro se llenen de oxígeno suficiente para enviar la orden de mantener tu organismo en calma.
- Escucha música mientras trabajas. Compaginar actividad laboral mental y música es un arte complejo y abstracto, aunque capaz de despertar el positivismo y el talento, contribuyendo a la liberación de dopamina. Esta liberación está relacionada con las funciones emocionales y los sentimientos de placer.
- Ríe y haz reír a los demás. Las personas que practican esta actividad en el espacio laboral son menos propensas a caer en estrés y tienen una mejor calidad de vida.
- Bebe agua, uno de los mejores remedios para calmar la ansiedad y disminuir la tensión.
- Practica ejercicio para sentirte activa/o y prevén de esta forma el estrés la ansiedad, además de contribuir a mejorar la apariencia física. El ejercicio físico de intensidad moderada produce endorfinas, sustancias naturales que favorecen el buen humor.
- Desconecta. Esto no es un eslogan, sino una obligación. Existen películas y series interesantes que te mantendrán alejado de la rutina diaria, haciendo que tu relación respire.
- Mantiene una buena higiene de sueño y asegura tu tiempo de descanso. Desconectar tus discos duros es necesario, toda relación lo necesita. El sueño actúa como el ventilador a tu mente, posibilitando una relación fresca y más duradera.
Las relaciones idílicas no existen… ni siquiera en el trabajo.
Alicia Escobar – Consultora / @aliesccua / alicia.escobar@equipohumano.com